En esta isla bordeada de acantilados el viento es fuerte, frío y permanente. Envuelve todos los sonidos. Las olas rompen en la playa, las rocas crujen, cientos de aves aletean sobre nuestras cabezas y los elefantes marinos chocan sus cuerpos unos contra otros, marcando territorio. Todo indica que nos encontramos en uno de los lugares más extremos y hermosos del planeta, donde aves y animales marinos viven en su estado más salvaje, natural y virgen.